Aprovechando la reciente visita del Papa Benedicto XVI a Madrid, y su firme postura en contra del relativismo y la mediocridad religiosa, les quiero hablar de este mal muy de moda en estos tiempos.
He visto en muchas partes, personas que dicen creer en Cristo y en Dios (todos sabemos que la palabra del mismo, está en la Santa Biblia), sin embargo cuando estas enseñanzas son contrarías a los intereses de algunas personas, estás reniegan de las mismas, y muchas veces tratan de distorsionar o incluso restarle importancia, como si la palabra de Dios debiera ser obedecida a medias, o pudiera ser mutilada, la palabra de Dios debe ser obedecida al pié de la letra, nada de "interpretaciones" infantiles, ni de relativismos sin sentido.
Para tal aberración estos "católicos" y "cristianos", blasfeman en afirmar, que Jesús cambió o abolió el viejo testamento, cosa totalmente falsa, el mismo Cristo lo dijo claramente:
"No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.
Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.
Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos." (Mateo 5:17-20)
A diferencia de lo que afirman algunos "cristianos", Jesús vino a dar cumplimiento a todas las leyes del Señor, y en ninguna parte de la Santa Biblia Jesús reniega de ningúno de los mandamientos de la misma, y la muerte de Cristo no cambia ese hecho ya que el mismo lo dijo: "os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda" .
Mas adelante en el mismo Nuevo Testamento, lo vuelven a reafirmar.
"Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; (2da de Timoteo 3:16)
Algunas personas mal intencionadas citan dos hechos de la vida de Jesús para afirmar sus blasfemias:
1- Cuando Jesús evita la lapidación de la adultera.
2- Cuando Jesús sana un Sábado.
Si siguen leyendo la Biblia, se darán cuenta que Jesús jamás abolió ninguno de los dos:
-1 Primero que todo durante la turba, Jesús no condenó, pero tampoco absolvió a la adúltera, después que todos se habían ido el dijo: "Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?"
Ella respondió: "Nadie, Señor." Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más." (Juan 8:10-11), cuando el arrepentimiento es sincero y por ende se cesa de cometer el pecado, tenemos el perdón de Dios, pero si estos continúan en su insistencia de vivir en pecado, estos serán castigados, Jesús mismo lo advierte (Lucas 17:26-30).
-2 Jesús aclara que debido a que el es el hijo de Dios y Dios mismo, está exento de esta ley, ya que para el no hay descanso.
"Pero Jesús les replicó: "Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo."
Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios.
Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: "En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace él, eso también lo hace igualmente el Hijo.
Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que él hace.Y le mostrará obras aún mayores que estas, para que os asombréis.
Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere. (Juan 5:17-21)
Dios no tolera a los creyentes "tibios" (Apocalipsis 3:15-16), así que si eres uno de estos "creyentes", por favor dejen de engañarse, o se cree en la palabra de Dios o no se cree, pero por favor, no vengan con el cuento que si creen pero a la vez no creen en las partes no convenientes para ustedes, solo harán de ustedes mismos, una desgracia a los ojos del señor.